El País, propaganda sionista con disfraz de progresista

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Una periodista pagada por Israel firma noticias sobre Palestina en El País
Noga Tarnopolsky, que estuvo a sueldo de la Embajada israelí en España, publica informaciones sin contrastar en El País para difamar al movimiento en solidaridad con Palestina. La periodista ha convertido en noticia un informe del Centro Simon Wiesenthal  que acusa al Ministerio de Exteriores de financiar actividades antisemitas como un congreso “en Málaga y Sevilla” que llamó “a la demonización de dirigentes israelíes y a actos de violencia contra los judíos”. El supuesto congreso no existió como tal, ya que fueron tres actividades distintas, no recibió ninguna financiación del gobierno central y no llamó a ningún acto violento, como lo demuestran los vídeos grabados de las distintas jornadas, en las que además participaron judíos. Una simple llamada a Exteriores o a las organizaciones convocantes habría bastado para desmentirlo. La defensora del lector del lector de El País ha reconocido que hubo mala praxis por parte de la “periodista”, pero el diario la mantiene en plantilla.

No es de extrañar que Noga Tarnopolsky no se tomara la molestia de acudir a ninguna de las fuentes (ni el Ministerio de Exteriores, ni la Rescop, ni la Conferencia de Entidades Locales, ni la Universidad Autónoma): la periodista estuvo a sueldo de Israel. Según publica El País, la informadora dirigió Punto Press, fundada en 2009 con capital israelí y español,  y cuyo fin era “prestar servicios de apoyo al trabajo en Israel a los periodistas hispanohablantes”.

La empresa Punto Press organizaba viajes a Israel para mostrar a los periodistas una visión positiva sobre este país y minimizar las críticas a la ocupación de Palestina y al ‘apartheid’ a los palestinos. Cuando fue despedida de esa empresa, Tarnopolsky demandó  al Ministerio de Asuntos Exteriores israelí y al exembajador  en España, Raphael Schutz, por despido improcedente. Como pruebas aportó los correos electrónicos en los que el diplomático le daba órdenes. Por su parte, el Centro Simon Wiesenthal  es una organización israelí que se dedica a verter acusaciones falsas a cualquier organización que realice la más mínima crítica a Israel, aun a sabiendas de que son mentiras.

Tarnopolsky sustituye por el momento al periodista Juan Gómez, que cubrió la invasión de Israel a Gaza y resultó incómodo a la dirección del diario con sus informaciones. La dirección incluso fue acusada de manipular sus titulares. Según han publicado algunos medios, el Gobierno israelí presionó al diario para que prescindiera del corresponsal, que finalmente ha abandonado la empresa.

La Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) ha emitido un duro comunicado desmintiendo la noticia del diario en el que cuentan que “ninguna de las actividades aludidas se benefició de financiación de la AECID o el Ministerio de Exteriores” y que “también es incorrecta la afirmación de que los tres eventos aludidos formaran parte del mismo congreso o actividad. Mientras las Jornadas sobre BDS tuvieron lugar en Málaga, la Conferencia de entidades locales se celebró en el Parlamento Andaluz en Sevilla, y las fotos sobre el Muro del Apartheid se expusieron en la Universidad Autónoma de Madrid”.

En Málaga, por ejemplo, no solo no se llamó a la violencia contra los judíos, sino que incluso se contó con la participación de la Red de Judíos Antisionistas y con una ponencia del israelí Sergio Yahni, que hizo una exposición detallada de las leyes israelíes que discriminan contra la población palestina de Israel, y de la deriva racista del gobierno israelí en los últimos meses.

Varios profesores y académicos, entre ellos el judío Héctor Grad (de la Red de Judíos Antisionistas), han firmado una carta en la que acusan a El País de servir como altavoz a las difamaciones de estas organizaciones que no sirven más que para justificar la ocupación ilegal y el apartheid inmoral que Israel ejerce en Palestina.

El País no se ha pronunciado todavía sobre estas graves acusaciones. Sí lo ha hecho la defensora del lector, quien, como no podía ser de otra manera, da la razón a quienes nos hemos quejado ante la falta de rigor periodístico de la corresponsal. Lola Galán, tras señalar que “cualquier información que aborde, aunque sea tangencialmente, este conflicto  [árabe-isaraelí], debe observar con el mayor rigor las normas periodísticas que exigen recoger la opinión de todas las partes mencionadas en la crónica o noticia”, reconoce que “No ocurrió así en una información publicada por este periódico el 6 de enero en la web, y en la edición impresa del día siguiente, bajo el título: Israel pide que España explique un congreso que considera antisemita“.

A continuación la defensora explica todas las mentiras existentes en la nota y admite que “la información no era lo bastante completa como para dar por cerrado un caso que ha llenado mi buzón de mensajes de protesta, que he leído al reincorporarme al trabajo tras las vacaciones de Navidad” y comparte algunos puntos del comunicado enviado por la RESCOP. Todo esto no hace más que confirmar la burda manipulación a la que somete la antigua periodista pagada por Israel a todas las informaciones que envía al el diario El País y que no aceptaría ningún comité de redacción. ¿Hasta cuándo va a tolerar El País tener en plantilla a una periodista que pone difamar a favor de Israel antes que informar a sus lectores? ¿Quieren vendernos la propaganda sionista con un disfraz progresista?

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1 Comentario en "El País, propaganda sionista con disfraz de progresista"

  1. EL País es una publicación que se caracteriza por su tendencia claramente propalestina, más allá de las operaciones que pudiera hacer la cronista acusada. La tendenciosidad y la falta de verificación de la fuentes es un problema generalizado del periodismo actual.
    En España bajo el manto de la crítica más que justificada al estado de Israel se esconde un endémico antijudaismo.

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